Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Especialidad: Educación Integral
Curso: Adquisición y Desarrollo del Lenguaje
Profesora: Angélica Silva
Período Académica: 2006-II
Instituto Pedagógico de Caracas
Especialidad: Educación Integral
Curso: Adquisición y Desarrollo del Lenguaje
Profesora: Angélica Silva
Período Académica: 2006-II
Alumna: Ingrid Valmer
Sección: 002
Texto de opinión
Desde hace muchos años un grupo de estudiosos ha venido realizando diversas investigaciones acerca de la conducta comunicacional de los animales. Ellos han tratado de comprobar que la especie animal realiza una actividad comunicacional como lo efectúa el ser humano a través del lenguaje. Algunos de estos trabajos de investigación fueron realizados por investigadores tales como: Hayes N. Kelleg, Allen y Beatriz Gadner, David Premack y Maurice Mathis, entre otros. Cada uno de estos investigadores tuvo el mismo propósito de enseñar a simios a desarrollar un sistema de comunicación pero utilizando diferentes técnicas, métodos y especies. La consecuencia de esas investigaciones comenzó a hacer ruido en otras ciencias hasta el punto de tener que puntualizar las diferencias que existe entre estos dos términos: Por un lado, la comunicación entendida como un proceso general de intercambio de información, la cual presenta dos dimensiones de estudios que son: (a) perspectiva amplia y (b) perspectiva restringida. La primera, está relacionada con todas las señales comunicativas del ambiente y la especie animal, y la otra con el ser humano. Por otro lado, encontramos el lenguaje entendido como una virtud, capacidad, facultad que posee el ser humano para crear actos comunicativos con el propósito de cambiar conductas, conocimientos, creencias y valores. Ahora bien, aunque los términos ya definidos permiten captar las diferencias y posibles semejanzas entre la capacidad o habilidad de la especie humana y la especie animal para intercambiar mensajes, todavía existe una controversia de si la especie animal puede aprender un lenguaje. Por ello, desarrollaremos en los próximos párrafos tres argumentos, los cuales son:(a) desarrollo mental, biológico, físico y psicológico de la especie animal, (b) el tipo de intercambio de información, (c) la influencia del comportamiento, el contexto y el hábitat en la comunicación animal y el lenguaje humano con la finalidad de demostrar que no es posible un lenguaje animal y por lo tanto podremos entonces dar respuesta a nuestro título.
En primer lugar, el desarrollo biológico, físico y psicológico de la especie animal no es apto para el desarrollo del lenguaje como se produce en la especie humana, ya que este no está diseñado genéticamente para cumplir con una función tan compleja como la que se produce en el ser humano. La capacidad craneal de los animales según Tecnociencia (2006) mide aproximadamente 400cc y la del ser humano 1400cc, sin contar el gran número de neuronas que el hombre posee categorizándolo como un animal pensante e inteligente. Además, el rasgo que más nos distingue de las otras especies es la estructura del cerebro, la laringe y otras partes del aparato fonador.También hay que tener en cuenta que las áreas cerebrales y sub-corticales y la débil capacidad del neocortex según la obra citada no le permite a los animales ejercer un control voluntario de su expresión como en los seres humanos. Por tal razón, los animales no pueden pronunciar palabras, puesto que su comunicación no es vocal y también hay que considerar que la especie animal no es capaz de abstraer y de formar conceptos; por lo tanto, una especie que no sea humana no es capaz de reflexionar o de orientar su conducta hacia hechos significativos intelectuales, aunque con sus sistemas de señales puedan desarrollar comunicaciones variadas, a través del uso de señales táctiles, químicas, acústicas y visuales etc.
En segundo lugar, en relación con el tipo del intercambio de información bidireccional en la comunicación animal y el lenguaje humano podemos decir que en la comunicación animal no ocurre un intercambio de información de manera bidireccional, pues la especie animal no logra una reciprocidad en su intercambio por no tener la estructura biológica y mental necesaria para crear nuevos mensajes a partir de otros con anterioridad. En cambio en la especie humana se da esa reciprocidad en el intercambio de información entre los interlocutores puesto que su estructura genética mental biológica y otros elementos característicos del ser humano le permiten lograr la construcción de múltiples y diferentes mensajes sin ninguna dificultad. Para ejemplificar lo antes señalado haremos referencia al caso de la niña Ginie quien estuvo 13 años encerrada en un cuarto sin tener contacto con nadie. Este caso ha sido documentado como uno de los ejemplos clásicos de adquisición y desarrollo del lenguaje para señalar como el lenguaje verdaderamente responde a una condición innata de los seres humanos, pues esta niña pudo desarrollar lenguaje. Por el contrario, todas las experiencias de investigaciones señaladas por los investigadores del comportamiento animal con los chimpancés (Sara, washoe y vicki) han permitido registrar un tipo de comunicación bajo la presencia de un estímulo, respuesta y refuerzo, logrando en estos animales sólo producción y no comprensión.
En tercer lugar, podemos decir que el comportamiento, el contexto y el hábitat influyen de una manera u otra en la comunicación animal y el lenguaje humano. Pero, esta influencia aunque categóricamente cierta en los dos casos, varía dependiendo de la situación que esté presente en el ambiente, por ejemplo: si el animal se encuentra en peligro, su comunicación será diferente a una situación de apareamiento u otras .Esta influencia se da en todas las especies animales gracias a su estructura genética y a lo aprendido durante su etapa infantil. Sin embargo, en cuanto a la especie humana el lenguaje es un factor para el desarrollo social y cultural que continua después de la infancia, juventud y adultez. Por tal motivo, el medio donde se desenvuelve el hombre influye evolutivamente en su lenguaje. Ésta influencia del ambiente actúa sobre el desarrollo lingüístico de la especie humana aumentándole todas sus habilidades tanto orales como escritas por un tiempo más prolongado que los animales.
Para finalizar, creo totalmente que seguirá existiendo una controversia entre el lenguaje humano y la comunicación animal, mientras científicos intentan enseñar a simios formas de comunicación y utilizando diferentes alternativas o medios para lograr que la especie animal realice una actividad comunicacional como está presente en la especie humana. También pienso que el desarrollo biológico, mental, psicológico de los animales es y será otro factor de discusión en la comunicación animal y el lenguaje humano, a sabiendas que la estructura genética de los animales no le permitirá nunca realizar esta actividad comunicacional que es el lenguaje, ni hablar de la existencia de un intercambio de información de manera bidirreccional entre ellos. Además el comportamiento, el contexto y el hábitat seguirán influenciando en la comunicación animal y el lenguaje humano independientemente de sus diferencias. Aunque muchos estudiosos intentan comprobar lo contrario, creo que llegaremos a la misma conclusión acerca del lenguaje como una actividad netamente del ser humano y la comunicación como una actividad sólo de la especie animal.